Escasez de agua y sanitarios solares secos.
Un porcentaje importante del agua potable que llega a nuestros hogares y lugares de trabajo, filtrada, decantada, floculada, fluorada, clorada y transportada por una millonaria red de tuberías, estanques y sistemas de bombeo, es rápidamente contaminada con deyecciones sanitarias y devuelta al medio como caldo de cultivo de bacterias, anélidos, infecciones y otras contaminaciones. ¿Será ambientalmente apropiado contaminar y seguir contaminando de esta forma millones de litros de agua potable, sabiendo que este es uno de los recursos más difíciles y caros de sostener?
¿Por que hacemos esto en casi todo el planeta “civilizado”?. Simplemente por que este no tan antiguo invento inglés, el sanitario con sello de agua, resultó culturalmente muy eficiente para deshacernos rápido y remotamente de nuestros propios desechos. Esto durante el siglo IXX resultó interesante y eficiente, con mil millones de seres humanos en el planeta y usándolo menos del 10% de la población. Más hoy día nos acercamos a los siete mil millones, la mayoría intentando vivir en entornos urbanos, donde esta tecnología, la del sanitario con sello de agua, es una de las aspiraciones más importantes en lo que culturalmente se reconoce como “confort moderno”.
El hecho que Chile esté en una sequía importante durante estos dos años, es sólo un detalle comparado con lo difícil que está en el planeta conseguir agua limpia para la creciente población de humanos. Es más, hace varios millones de años que la cantidad de agua en el planeta no varía casi nada, una buena parte es líquida salada; una muy pequeña ,2%, es líquida dulce; una parte está disuelta como vapor en la atmósfera y el resto de lo dulce, 98%, está congelada en la Antártica, Ártico y glaciares del planeta.
Nuestro principal problema como humanidad es conseguir agua limpia apta para consumo humano, en un planeta donde hemos ensuciado casi todos los cursos de agua dulce superficiales y subterráneos con productos químicos, metales pesados y materia orgánica. A la luz de esta información, resulta poco menos que brutal que contaminemos miles de millones de litros de agua potable diarios con nuestros propios desechos orgánicos. Un dilema tecnológico y cultural donde lo cuestionable es que no hemos pensado globalmente otra tecnología diferente la del siglo IXX para solucionar el problema.
Ideas al respecto hay muchas. Una de ellas por lo demás interesante, es la de los sanitarios solares secos, vale decir tecnología que definitivamente ya no utiliza agua como sistema de transporte de nuestra propia contaminación. Es más, considera nuestras deyecciones como insumo industrial y agrícola interesante, desde la obtención del biogás, hasta los fertilizantes en compost agrícola. La Escuela de Arquitectura de la USM ha estado trabajando en este tema a partir de su línea de zonas extremas. Ha desarrollado numerosos talleres al aire libre (outdoor learning) usando este modelo de sanitarios de bajo impacto con grupos de estudiantes en zonas remotas. La aplicación más importante ha sido en la Estación Polar Parodi de la FACH mostrada hoy en día en la FIDAE por la USM como un proyecto ambientalmente sustentable. Se diseñó con unidades sanitarias secas al igual que el proyecto interno USM de estaciones sustentables para turismo remoto.
Las unidades sanitarias secas tienen además, donde sea esto procedente, un sistema de secador solar que aparte de secar mejora las posibilidades de pasterizar las deyecciones por separado, tanto orinas como fecas. La tecnología ha sido probada con éxito en diferentes contextos y diferentes países. Las pruebas y experiencia al respecto abren ventanas a la investigación y desarrollo de nuevos productos. Lo prioritario es ahora desarrollar e innovar en tecnologías para evitar el uso de agua en el manejo sanitario y reconocer el valor de reciclaje, energía y productos que presenta aquello que antiguamente se consideraba un desecho indeseable.
