sábado 4 enero, 2014
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Yagán, el automóvil chileno

El Yagán fue un sueño de corta pero intensa vida, la única experiencia de proyecto industrial a gran escala para construir un automóvil. Un sueño que como tantos otros en aquella época fue forzado y rebasando las posibilidades técnicas y profesionales con que se contaba, pero que mirado a la distancia la creación de esta empresa no deja de sorprender.

Fue durante el gobierno de la Unidad Popular que surgió la idea de construir un automóvil con fines utilitarios, de muy bajo costo y al cual pudiera acceder la gran masa trabajadora. Para esto CORFO se asoció a la transnacional Citröen que teniendo tras de si la experiencia de la contundente Citroneta cumplía todas las características para llevar a buen puerto el plan gubernamental.

Es así como nace el Yagán, con chasis de citroneta y carrocería chilena, de aspecto rústico y diseño badado en simples lineas rectas. No poseía puertas sino mas bien contaba con una cadena para asegurar al pasajero, carecía también de techo sólido, éste se componía solamente de una especie de estructura metálica que los usuarios debían cubrir con lona o algún otro material para protegerse del clima. Su pequeño motor de 33 caballos era enfriado por aire lo que era un punto a favor ya que no se sobre-calentaba en las épocas de calor. Con todas estas características no calificaba en ninguna categoría de vehículo conocido, no era ni citroneta ni Jeep, sino un Yagán (aunque hay antecedentes que Citröen fabricó coches parecidos en otros países del tercer mundo).

La construcción tuvo problemas desde el comeinzo, el proyecto original exigía que mas de la mitad de las piezas del vehículo se construyera en Chile por lo que desde Argentina o Uruguay se importaría entre otras cosas la carrocería, lo que finalmente fracasó por lo que los funcionarios tuvieron que valerse de una plegadora y así improvisar las rectas formas que finalmente lo caracterizaron, dándose el caso que las piezas de ambos costados de un auto fueran únicas por ende las carrocería era asimétrica. 200 unidades salieron desde la planta de Arica en su primer tiraje y fueron distribuídos por todo el país encontrándose en 3 colores, naranja, café y verde.

Si bien el objetivo que se perseguía era construir un auto económico, éste no pudo competir con autos mas espaciosos o con probada calidad como la citroneta, sumado a que no poseía techo y su comportamiento en terrenos irregulares no fuera el adecuado, el proyecto iba derecho al fracaso quedando truncado al igual que el gobierno que lo impulsó.

Hay antecedentes de que por contratos con el consorcio Citröen la construcción del mismo se prolongó hasta 1974 y que fue usado como vehículo militar en el patrullaje fronterizo en el norte del país.

La llegada de los vehículos japoneses y la apertura económica sepultaron su historia hasta que en el 2003 los documentalistas del DUOC Patricio Díaz y Enrique León presentaron un trabajo de investigación llamado «En la Huella del Yagán» que trajo nuevamente a relucir esta epopeya que actualmente es motivo de culto.

Autor/Fuente
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