La Quema del Judas
Siendo que como pasquín informativo estamos al margen de cualquier manifestación religiosa, al encontrarnos en plena celebración cristiana de “semana santa” conocimos en Valparaíso un rito del más profundo acervo popular tradicional y que para muchos es desconocido, “La quema del Judas”.
El origen de esta tradición porteña se remonta al siglo VIII, cuando Carlos III reprodujo en su corte el carnaval popular que se realizaba en toda España. La Quema del Judas tradicionalmente ha consistido en la confección de un pelele de forma humana que se cuelga de una cuerda tendida entre dos balcones y al que antiguamente se daba muerte ritual, incluso a base de disparos de escopeta, justo al mediodía del Sábado Santo. Una vez muerto el pelele la gente solía romper contra el suelo cacharros viejos, con lo que se delimitaba el área donde «no podía entrar el demonio». Según fuentes antropológicas, sin embargo, es posible vincular esta celebración con el antiguo mundo ibero-romano y sus fiestas, tales como las saturnales (fiesta desenfrenada en la cual se expulsaba al año viejo), las lupernalias o lupercalias (ritos flajelatorios de purificación y fecundidad) y las fiestas en honor a Jano (divinidad protectora del comienzo del año).
Tras la llegada de los españoles al continente americano esta costumbre se fue arraigando en varios países, incluido Chile, manteniéndose hasta hoy.
En la V región, esta tradición se remonta hacia 1900, pero fue a mediados de la década del 50 cuando esta costumbre se masificó.
Con el transcurso de los años la «quema del Judas» ha ido introduciendo algunos cambios y ahora es posible encontrar a los más odiados personajes de nuestra historia personificados en estos muñecos de trapo.
El ritual comienza con los niños recorriendo las calles pidiendo monedas («una monedita pal juudas…»), que luego esconderán en la figura del apóstol traidor, a la que se prenderá fuego en la madrugada del domingo de resurrección.
Si bien en Valparaiso se mantiene esta celebración con una continuidad hasta, la singular ceremonia se observa en distintos lugares de Chile, contando con larga tradición en ciudades como Iquique, en donde se ha descrito su ocurrencia a mediados del siglo pasado. Cerca de Santiago, hacia el sur, hay referencias de su realización en Alto Jahuel y Alhué. «Desde Alto Jahuel se hacía una procesión hasta la cuesta de Chada, en el camino a Rancagua, hacia la cordillera».
México, Venezuela, Paraguay y Perú son otros países en donde se practica la Quema de Judas. En el pueblo peruano de Huaraz, durante el sábado santo los niños confeccionan muñecos de Judas y, luego de recorrer mercados y casas, lo queman ante el júbilo de la gente.