viernes 10 septiembre, 2010
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De Canciones y Centenarios, Para Bailar un Tango

De Canciones y Centenarios, Para Bailar un Tango

La presencia de canciones alusivas a nuestras celebraciones republicanas ha sido constante a lo largo de estos doscientos años, aunque el Bicentenario aparece, por primera vez, la iniciativa de contar con una canción oficial para esta conmemoración. En el pasado, también nos encontramos con canciones de distinta motivación y naturaleza que sencillamente se popularizaron en el momento en que celebrábamos el centenario y Sesquicentenario. si fue coincidencia o no con lo que viviámos los chilenos, es una pregunta que este ensayo deja abierta.

Hablar de las canciones del Centenario es, en gran medida, hablar del amúsica en el salón, donde se mantenía la intensa actividad artística y social lograda en el siglo anterior, con el piano como instrumento rey. El salón era presidido por el piano, que ocupaba la misma condición de mueble burgués que había adquirido en Europa a mediados del siglo XIX. En su novela «Hogar Chileno», de1910, Senén Palacios, nos describe el momento cúlmine de la velada de salón.

«El Doctor Pino condujo del brazo a Clorinda, la señora del diputado, para que tocara el piano; la que, después de secarse con mucho despacio sus largos guantes blancos, i buscar en el albúm de música la pieza deseada, en medio del solencio jeneral que se hizo dio comienzo a ‘Rapsodia Húngara’, tocada con toda la virtuosidad de su carácter nervioso i temperamento romántico, llena  de contorsiones artísticas, de éxtasis místicos i aspavientos clásicos».

En los salones del centenario se tocaba música de cámara, se cantaban arias de óperas y se precticaban bailes decimonómicos, como las cuadrillas, el vals, la mazurka y la polka. Estos bailes también alimentaban el repoertotio de estudiantinas, bandas y cantoras cam`pesinas con arpa y guitarra, las que practicaban desde hacía más de un siglo un floklore derivado primero del salón aristocratico y luego del salón burgués.

Tonada y Folklore
En salones y casas de canto, que eran el equivalente popular del salón, se entonarán muchas de las canciones que marcaron el centenario de la República. Este es el caso de El copihue rojo (1906), canción de inspiración mapuche sobre décimas de Arturo Arancibia, donde el copihue sirve de metáfora para evocar el dolor y la desolación de un pueblo derrotado. También se cantaba El martirio, la más antigua de las tonadas del floklore en nuestro acervo discográfico, grabada hacia 1910 en Santiago por Mundial Records, en una versión para tenor y piano. Finalmente, se bailaba un tango, llamado justamente Emancipación, del argentino Alfredo Bevilacqua, escrito en homenaje al centenario de la independecia de Chile con motivo de la visita a Argentina del vicepresidente chileno Emiliano Figueroa, para las celebraciones del Centenario del país vecino…

Autor/Fuente
Juan pablo González Rodriguez Musicólogo de la Pontificia Universidad católica de Chile, extracto de artículo escrito en Revista Patrimonio Cultural Nº 51, Diciembre 2009 http://www.patrimoniocultural.cl/
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