jueves 3 julio, 2008
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Quintay y la Planta Faenadora de Ballenas

Quintay y la Planta Faenadora de Ballenas

A propósito de la firma de el proyecto de ley que busca declarar el territorio nacional libre de captura, caza y comercialización de cetáceos, y dos decretos supremos: uno que declara a los cetáceos monumento nacional y otro que da el carácter de indefinida la moratoria de caza de ballenas, vigente en el país hasta 2025, quisimos mostrar someramente lo que fue la actividad ballenera en mares chilenos.

El acto aconteció en lo que otrora fuese la faenadora ballenara de la localidad de Quintay, caleta ubicada en la Quinta Región la Quinta Región, Valparaíso, Chile, y pertenece administrativamente a la Comuna la Comuna de Casablanca, encontrándose a unos 25 Kilómetros de la ruta 68 que une Santiago con Valparaíso.

Quintay que en mapuche significa “embarcación entregada al viento” ha sido desde muy antiguo fuente de inspiración de poetas y pintores que han plasmado en sus obras parte de la belleza de la zona. La ballenera de Quintay, construída por la empresa INDUS e inaugurada en 1943, fue la más grande del país. Operó a plena capacidad hasta 1967, fecha en que el Gobierno de Chile firmó el tratado que prohibió la caza de la ballena, aunque la actividad en el país continuó en el Sur del país hasta 1983 por parte de la familia Macaya .

En su construcción participaron especialistas ingleses y alemanes. Mineros de la zona de los Andes fueron traídos especialmente para los trabajos de relleno del espacio de mar entre los islotes sobre los cuales se levantó la ballenera.

Quintay, Faenadora de Ballenas

El solo concepto de caza de ballenas, que en nuestra época provoca escalofríos de indignación con el sólo imaginar la cruenta muerte y descuartizamiento de estos gigantescos y pacíficos mamíferos, debe ser entendido con el criterio de dicha época, en la que esta actividad constituía una fuente sin alternativas de obtención de muchas materias primas importantes en el uso diario de la humanidad, situación que hoy afortunadamente ha sido reemplazada por otras actividades industriales y otras fuentes vegetales que hacen hoy día innecesaria esta cruel actividad. Pero en dicha época, eran numerosos los productos de uso diario que se extraían del cetáceo: aceites, jabónes, detergentes, lápices labiales, grasas para margarinas, carne para consumo animal y humano, huesos molidos como abono, velas de sebo y el apreciado ambar gris del cachalote, usado como fijador en perfumería. En fin, se estimaba que el 90% de la masa de la ballena era utilizable. Todos estos productos eran fabricados y comercializados para consumo interno del país.

Fue la industria INDUS, fundada en 1900, quien en 1936 inició su actividad ballenera con una flota de buques fábrica y plantas terrestres en Corral e Isla Guafo, quien inauguró el 1° de diciembre de 1943 la principal, esta de Quintay. En ella trabajaron entre 700 y 1000 empleados, en sistema de turnos, y en su momento de mayor auge (1956-62) llegó a procesar 2.100 ballenas y producir 43.826 barriles de aceite anuales. La actividad de Quintay se interrumpió en 1961, para reanudarse transitoriamente entre 1964 bajo administración japonesa, y concluyó definitivamente en 1967. Esta última administración fue un acuerdo entre INDUS y la compañia japonesa Nitto Whailing Co. , la primera pone a disposición la planta faenadora para que los japoneses por medio de sus buques cazadores de última generación llevaran el botín de pesca para ser procesado. Esta procedimiento se llevaba a cabo según la manera nipona, en que la carne se dejaba para consumo humano, congelándola de inmediato en los buques ocupados para tal efecto y enviados al Japón; el resto lo utilizaba INDUS para extraer aceite.

Quintay, Faenadora de Ballenas

¿cómo se cazaba la ballena?

La caza se efecuaba con barcos armados de un arpón impulsado por cañón de 54 kilos de peso y con un alcance de 25 metros metros, trabajando en Quintay hasta 8 barcos de este tipo. Una vez clavado el arpón en el cuerpo de la ballena, explotaba una granada automáticamente a los 7 segundos tras impactar al animal , lo que permitía su desangramiento.

Cada barco podía llegar a matar 16 ballenas diarias. A la presa muerta se le inyectaba aire a presión para que flotara, siendo atadas a los costados del barco y remolcadas hacia el muelle de la planta, donde eran amarradas a una boya esperando el momento en el que pudieran ser procesadas. A veces, la bahía se veía cubierta de ballenas flotando, lo que provocaba un característico olor nauseabundo que alejó por muchos años el turismo de Quintay.

Finalmente, las ballenas cazadas eran amarradas por la cola a un cable que estaba unido a un huinche. Mediante este huinche, las ballenas eran arrastradas desde la boya y subidas por la rampa anexa al muelle hasta la plataforma de descuartizamiento.

Allí operaba una grúa que se desplazaba sobre rieles llamada Donke.

En ese momento 6 operarios llamados “buitres” armados con cuchillos parecidos a los bastones de jockey y de botas con clavos para subirse sobre el animal, lo faenaban separando piel, grasa, huesos, carne y aceite. El proceso demoraba unos 20 minutos.La caza industrial de la ballena puso en peligro su supervivencia. De 250.000 ejemplares de ballena azul, se llegó a tener 400 en cierto momento, y en 1967 el Comité Internacional de Ballenas (IWC) logró que se aprobara un acuerdo internacional para prohibir toda caza. Sólo se restaron a su firma Japón y Noruega (ésta última, maestra de los balleneros chilenos a través del pionero Adolf Andresen), paises que continúan cazando ballenas con el pretexto de fines de investigación (800 ejemplares). En realidad, esta práctica no tiene, a esta altura de los tiempos, ninguna justificación.

Quintay, Faenadora de Ballenas

El mundo en algunos aspectos ha dado grandes pasos hacia eliminar prácticas brutales e innecesarias, como la caza de ballenas; si tan solo no estuviera dando pasos atrás al intentar convencernos de la legitimidad de matar embriones humanos in utero apelando a derechos tan absurdos como aquéllos que alguna vez justificaron la matanza de ballenas.

Autor/Fuente
MiDulcePatria - Bello Sandalio
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