Los Blue Splendor
Fue la cantante Palmenia Pizarro la que, tal vez sin saberlo, se convirtió en la principal impulsora de los Blue Splendor. Corría 1964 y el joven quinteto de músicos porteños, nacido hacía sólo un par de años, por una de esas casualidades del destino, en uno de los pasillos de la radio Caupolicán, intentaba grabar el que sería su primer long play. Gracias a sus temas «Verano de amor» y «Amazona», los Splendor se habían ganado un concurso en la emisora, que tenía como premio grabar un disco en el sello Phillips de la capital. Pero el director musical del sello en la época, Saúl San Martín, no los dejó hacerlo, porque consideraba que la música de los porteños no se ajustaba a los cánones de la época. Tres veces debieron los Splendor cargar sus instrumentos en el automotor Valparaíso-Santiago y tres veces debieron devolverse
con las manos vacías, sin haber podido grabar.
Hasta que un día Palmenia Pizarro, conmovida por la perseverancia de los porteños, les cedió su hora de grabación y, unos meses después, el primer disco de Los Blue Splendor salía al mercado y sus dos singles se ubicaban en el primer y segundo lugar de los rankings, por cuatro meses.
Así parte la historia de este conjunto porteño, que hoy ha pasado formalmente a ser parte del patrimonio de la ciudad. Hace algunos años, recibió una distinción del municipio como Patrimonio Cultural intangible del Puerto.
Los Blue Splendor.
Uno de los artífices de esta historia ha sido el vocalista Rafael Palacios, quien a los 15 años fue contactado por Angelo Macchiavello para integrar un conjunto, sobre la base de los ex Five Splendor. «Yo de música no tenía mucha idea en esa época, solamente cantaba; cuando formamos el grupo, éramos cinco y empezamos a tocar en las radios, en las quintas de recreo, en los malones, tocando música de los Ramblers, los Twisters, toda la Nueva Ola, incluso hacíamos boleros, pero mayoritariamente música chilena», cuenta Rafael. Era 1962. Tres años después, el grupo ya tenía su primer disco y era sinónimo de éxito absoluto.
La fórmula del éxito
«Llevamos 43 años tocando y la gente todavía nos sigue y hay gente joven que nos sigue; no tengo una explicación clara, pero supongo que es porque los jóvenes escuchaban los temas a través de sus padres», comenta el vocalista de los Blue Splendor, quien en este punto no puede dejar de recordar una anécdota ocurrida en su viaje a Suecia y Noruega en 1998, donde quedó de manifiesto cómo el legado de los Blue Splendor sigue vivo: «Cuando fuimos a Suecia pensé que lo había visto todo, pero ver gente que después de veinte o treinta años no había venido a Chile y que ahora veía que su grupo musical favorito estaba en Estocolmo o en Noruega tocando la música con la que se enamoraron, con la que bailaron en el 21 de mayo, en el Carnaval de la Costa, en la cancha de 8 Norte… La gente lloraba, y eso te llena estando al otro lado del mundo».
¿y el festival?
Claro blue en esta larga trayectoria, los Blue Splendor aún tienen una espina clavada en su corazón: no haber sido invitados al Festival de Viña. «El año ’62 hicimos el bautizo del grupo en el hotel Miramar, y el padrino del conjunto era don Gustavo Lorca, ex alcalde de Viña, y él nos llevó como invitados al Festival el año 1964, cuando nosotros todavía no grabábamos. Pero después que grabamos y tuvimos éxito nunca más se dio la oportunidad de volver, y para nosotros eso naturalmente ha sido una espina en nuestro corazón, al igual que para la gente que nos pregunta siempre cuándo vamos a estar en Viña».
Futuro splendor
A diferencia de varios de los conjuntos de la Nueva Ola, los Blue Splendor continuaron tocando ininterrumpidamente, con gran parte de sus miembros originales. Y como todos son amigos y casi todos siguen viviendo en Valparaíso, la ciudad que los vio nacer, no han surgido grandes problemas que los lleven a pensar en dejar de tocar; es más, planean enseñar su experiencia a jóvenes, a través de su nueva corporación.
Como deuda pendiente con los fans, está la edición de un grandes éxitos en formato digital, para lo cual el conjunto está intentando recuperar los masters de grabación, para lanzar una edición redigitalizada de su material original, que sólo persiste en vinilo.