miércoles 17 septiembre, 2014
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Identidad Chilena?

Hablar de identidad es algo delicado. Asumir que conocemos lo que somos es aun más. Quizás lo que a continuación les presente no los represente ni les llame la atención, o más bien, vuestra concepción éste más clara que el mía para abordar el tema.

La identidad se palpa de dos maneras diferentes, dependiendo del estado económico-social en que se encuentre nuestra sociedad. Éste fenómeno afloró no hace muchos años y creo que es muy representativo de nuestro carácter.

En época de bien estar , cuando las arcas de todos están suficientemente llenas, celebramos nuestra manera de ser avivando todo lo que nos rodea, nuestro paisaje, nuestra historia. Pero en los años grises, percibimos que nuestra identidad se desvanece, ya no somos lo que simpre hemos sido, nos convertimos en algo extraño, afloran por consiguiente todas nuestras carencias, que por supuesto también pertenecen a nuestra manera de ser.

Estos cuestionamientos comiezan desde el hecho que somos de determinada manera, somos sobrios, disciplinados, estamos siempre dispuestos al sacrificio, somos hijos de rigor, como también valientes, etc . Éstas características nos han llevado a conseguir triunfos bélicos, construir un Estado sólido, y enfrentar adversidades naturales. Es un hecho colectivo que la pérdida de estos valores nos conducirá por mal camino. El “ceachei” es un estandarte del ser siempre los mismos.

Nuestra identidad muchas veces se plantea como una cuestión inmutable, y de vez en cuando alguién sirve de guaripola para grupos que enarbolan a los 4 vientos sus ideas de identidad, en su tiempo fue la iglesia, en otra los grandes hacendados, los militares, empresarios, líderes de cualquier color , políticos, etc. Y los que no siguen el estereotipo de la época pasan a ser anti-patriotas. Así sucedió cuando se dividió la Iglesia del Estado en el siglo XIX , o cuando nos trataron de incentivar un tipo de chilenidad en los tiempos de dictadura.

Es bien sabido que la globalización ha producido efectos en nuestra identidad ya que Chile es un país muy permeable a modas y afuerismos, razón es que hoy en día sea difícil hablar de una identidad esencial como la que existía a fines de los 60 y comienzos de los 70, hoy se plantea una identidad en proyección.

Génesis y características

Jorge Larraín en su libro “Identidad Chilena” postula que el génesis de nuestra identidad es la formación de la misma en base a un Estado que le entrega base en el contexto de una serie de conflictos bélicos. Una de las más fundamentales características de nuestra manera de ser colectiva descansa en el hecho de que nuestra Nación ha sido formada y consolidada por el Estado ocupando sucesivamente nuevos territorios a través de triunfos militares, ya sea en un principio con las etnias originales como también posteriormente con nuestros vecinos países.

La Araucana, es el gran mito fundador de nuestra sociedad, el choque de dos pueblos guerreros y su fusión generadora de una raza varonil y luchadora, con virtudes de gran trabajador y gran soldado, y que trasciende nuestras fronteras, “El Roto Chileno”, personaje que viaja a California para la época del oro, que gana guerras, que en países vecinos es solicitado por su gran despliego laboral y como diríamos en buen chileno ahora, por ser “aperrado”.

Ésta versión de identidad nacida del mundo bélico ha pérdido fuerza pues el siglo pasado y el comienzo del actual, han sido para nuestro país épocas de calma y buenas relaciones con nuestros vecinos.

Ahora quizás la identidad florece en otras actividades. Cada encuentro de la selección es prácticamente es una preparación para un enfrentamiento, cada derrota pasa a ser una deshonra, y no sólo de los jugadores, más bien de la Nación en su totalidad, un desprestigio de la raza.

Una nueva etapa

El cambio de sentido de dónde y cuándo salgan a relucir las características de lo que es nuestro, se lo debemos en gran parte a que el Estado protector o cohesionador fue paulativamente alejándose de su injerencia directa en nuestras vidas al pasar sectores como salud, educación y vivienda a manos privadas y dejar solamente a la familia como ente aglutinador. Cada individuo ahora debe apelar al individualismo para surgir, con esto se acabaron las entidades colectivas, gremios, sindicatos, militancias políticas que anteriormente daban vida a ha nuestra sociedad y nos representaban.

Por otro lado, el consumo paso a representarnos mucho más, el poder adquisitivo suplantó valores y adherencias. La televisión ha hecho otro tanto, y hoy los espacios partidarios han sido reemplazados por ella, los discursos han sido dejados de lado y el impacto mediático paso a ser mas preponderante. Todo esto ha llevado a que especialmente hoy se hable de una deficiencia identitaria, ya que no se puede responder a la necesidad de pertenecer a algo. Nuestra sociedad está fragmentada en múltiples individualidades, en barrios, sectores y segmentos, están los skaters, los hip-hoperos, los tecnos, los góticos, cada cual con su código. También están los grupos ciudadanos, ya sea ecologistas, ciclistas, elitistas, etc. Cada cual con una demanda específica y reafirmando una identidad propia.

Pero a pesar de todos estos subgrupos podemos rescatar ciertos rasgos que nos unen y que nos acercan para así ser considerados dentro del grupo mayor que conforma la Nación.

Según Jorge Larraín en el Libro antes mencionado “Identidad Chilena” existen rasgos que vienen desde la colonia y que con sus distintas tranformaciones se mantienen hasta hoy en día. Entre ellos se encuentra la manera en que los chilenos se relacionan con las normas y las leyes. Éstas se acatan en la forma, más no en la práctica. Es así como la ley que protegía a los indios no se respetaba en su hecho pues habia sido dictada en un lugar muy lejano y no se tenia conocimiento cabal del país.

El antiguo resquicio legal para obtener la nulidad del matrimonio nos aclara aún más la manera de ser nuestra frente a leyes que van en contra de nuestro beneficio. Esto, considerando además que uno de los rasgos distintivos del chileno es su apego a la formalidad legal, que nos caracteriza como un país de notarios y abogados (casi todos los presidentes han estudiado derecho).

Por el lado positivo, otro rasgo identitario que se atribuye a los nuevos chilenos es su carácter emprendedor. Ésta característica, si miramos para atrás podemos verla reflejada en gente como Santos Ossa o Pérez Rosales, quienes exploraron territorios y generaron negocios de la pura extrapolación e imaginación, lo que nos indica que algo hay que en definitiva pasados los años se mantienen ciertas peculariedades que no son más que elementos identitarios del ser chileno.

Un último proceso

Como parte del proceso de modernización que hemos experimentado en esta última década, se visualiza el cambio del “abogado” al “ingeniero”. Es decir existe latente cambio.

Si nos fijamos en lo que fue la Expo Sevilla y el pabellón chileno mostrando un Iceberg, podemos deducir que de algún modo queríamos desmarcarnos del tropicalismo y ser mirados de forma seria por las potencias económicas. Si bien éste es un rasgo del nuevo chileno, debemos conciliar a éste supuesto nuevo hombre eficiente, frío con la calidez del antiguo ciudadano de la cueca, la cumbia y la salsoteca y con los nuevos inmigrantes y sus aportes.

Es necesario crear puentes y aceptar, por lo tanto, que la chilenidad nunca ha sido algo estático y se transforma con la historia, se enriquece de ciertos estilos y modos. Hay Que evitar los extremos, es decir por un lado no rechazar por que sí, algunos aspectos que nos da la globalización y someternos a un aislacionismo cultural, pues a esta altura sería imposible impermeabilizar nuestra sociedad, sino más bien debemos beneficiarnos de los aspectos rescatables y positivos de otras culturas. No hay que olvidar que los elementos tradicionales que constituyen nuestra chilenidad fueron tomados de afuera, adaptados e incorporados en ciertos contextos históricos.

En si lo importante es saber mantener nuestros rasgos representativos y no desecharlos, tomar lo que es bueno, e incorporarlo, rechazar otros que no aporten, de esta manera vamos generando identidad, esa es la manera que creamos identidad histórica, quien sabe si en este momento se esté generando alguna costumbre que en 100 años sea proclamada como pieza fundamental del ser chileno…..me cachai?

Autor/Fuente
MiDulcePatria Rescatar y fomentar la cultura intelectual y popular, así como dar a conocer las diferentes tradiciones de Chile es la labor de Mi Dulce Patria. www.midulcepatria.cl
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