Fundación de Santiago, una tarea difícil

El 12 de febrero de 1541 Pedro de Valdivia escogió asentarse en el valle del río Mapocho, pues consideraba que la numerosa población indígena que allí habitaba, era demostración evidente del provecho agrícola de sus tierras. Para garantizar la provisión de agua y su protección, la villa fue levantada entre dos brazos del río, y al amparo del cerro Huelén, desde cuya cumbre se podía advertir cualquier movimiento hostil en un amplio perímetro.
La ciudad estaba formada por sólo 8 cuadras de norte a sur y diez de este a oeste.Cada cuadra estaba dividida en 4 solares, excepto la ocupada por la Plaza de Armas, en el centro del trazado, y la catedral, a un costado de la plaza. Tras el acto de fundación oficial de la ciudad, en la que participó toda la expedición, el conquistador procedió a repartir tierras entre sus oficiales y soldados. Las primeras casas se hicieron de madera, barro y techo de paja.
Lo primero que se levantó fue una empalizada, un par de puestos de observación y un improvisado establo, río abajo, donde dejar a los caballos, además de la capilla que más tarde se transformaria en catedral. En medio de la Plaza de Armas se plantó un poste en donde se colocarian las ordenanzas y comunicados. Allí se castigaría a los infractores de la ley y se reunirían los vecinos a celebrar cabildos y discutir los temas de la ciudad. Para elegir la ubicación de la primera ciudad.
Una vez organizada la ciudad, el 7 de marzo de 1541 Valdivia constituyó, en nombre del Rey, un cabildo o ayuntamiento. institución española de origen medieval en la cual la comunidad confía la administración de la ciudad a los vecinos más importantes. Al inicio de la conquista y debido a la gran distancia de otros centros de poder y decisión, el Cabildo de Santiago asumió el gobierno de todo el territorio, con el objeto de enfrentar las dificultades políticas y militares que imponía la resistencia mapuche al avance de los conquistadores.
En junio de 1541 , Pedro de Valdivia logró que el cabildo lo nombrara Gobernador de Chile, con lo cual se independizó del gobierno del Perú, liberándolo así de la tutela de Pizarro.
Con el pasar de los meses, y pese a la deserción de varios indios, la ciudad comenzó a tomar forma. Unas cuántas chozas servirían como edificios de administración, otras se vislumbraban como residencias de los señores conquistadores. La empalizada crecía y ya rodeaba toda la ciudad. Fuera de ella, las tierras cultivadas comenzaban a dar frutos. Sin embargo, era necesario salir a buscar el oro que garantizara la riqueza y encontrar una bahia apropiada para recibir provisiones del Perú.
La expedición partió rumbo a la costa, encontrando en su camino palmas autóctonas y otras especies nativas, hasta que llegaron al estero Marga Marga, en donde, tal como se rumoreaba, había oro, aunque no en abundancia. En Concón se improvisó un precario puerto y en el estero se puso a los indios a trabajar con una muy baja productividad.El trabajo forzado, los castigos, la prohibición de practicar sus tradiciones, y la imposición del catolicismo fueron detonantes del levantamiento indígena liderado por Michimalonco, cacique del valle del Mapocho, que aprovechó la salida exploratoria de un contingente de soldados al mando de Valdivia, para atacar Santiago por los 4 costados, el 11 de septiembre de 1541.
El objetivo era expulsar a los intrusos y rescatar a los caciques injustamente encarcelados tras la empalizada española. El ataque, violento y sorpresivo, que acabó con los sembradíos e hizo arder en llamas toda la ciudad, mientras las milicias intentaban defenderse y las tropas de Michimalonco trataban de recuperar a los cautivos, fue reprimido definitivamente por una mujer que pasaría a la historia por su decidida frialdad. La imagen de Inés de Suárez, amante de Pedro de Valdivia, que apareció con la cabeza de uno de los cautivos en el extremo de una lanza, para luego exhibir muchas otras como forma de amedrentamiento, quedaría grabada para siempre, ya sea como uno de los íconos de la brutal masacre contra nuestros indígenas, o como símbolo de una admirada fortaleza femenina.
La desesperanza y asombro cundió entre las tropas de Michimalonco y pronto todos se retiraron del lugar, asqueados, agotados y sorprendidos, dejando atrás sólo ruinas y humareda. Tal fue el panorama que encontró Valdivia al regresar. A la destrucción se sumaba la escasez de comida y ropa, de animales y semillas. En pocos meses los conquistadores constituian un grupo de hombres hambrientos y harapientos. Los esfuerzos para conseguir provisiones desde el Perú se volvieron desesperados pero la tenacidad de Valdivia se impuso y finalmente apareció en Concón el barco Santiaguillo, que seria la salvación de Santiago.
Sin embargo, transcurridos diez años de su fundación, Santiago logró consolidar su posición gracias a que la habilitación de un puerto en la bahía de Valparaíso le permitió recibir, con mayor frecuencia, refuerzos y provisiones desde el Perú, mientras que, como consecuencia del afianzamiento de la ocupación hispana en las cuencas de Aconcagua, Maipo y Cachapoal, el enfrentamiento con los indígenas se trasladó varios kilómetros hacia el sur. Estas condiciones permitieron a los santiaguinos disfrutar de mayor tranquilidad y disponer de más tiempo y recursos para invertir en el adelanto de la ciudad.
El rey de España reconoció estos progresos que posibilitaron el regular funcionamiento de las instituciones coloniales y concedió a Santiago el título de ciudad y un escudo de armas el 5 de abril de 1552.