viernes 21 mayo, 2021
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21 de Mayo, el combate ignorado

21 de Mayo, el combate ignorado

Ese día de 1879 la Esmeralda sucumbía ante el poderoso Huáscar y se producía la inmolación de Prat y sus 102 tripulantes, hecho que más tarde se convertiría en un símbolo de la guerra para Chile, siendo fundamental para el proceso de reclutamiento de tropas y posteriormente pasando a la historia y consiguiendo ser tributada cada 21 de Mayo por el Estado chileno, transformándose así en uno de los hechos históricos más reconocibles por el pueblo chileno. Lo que se deja de lado es que al mismo tiempo existió otro enfrentamiento, otra tripulación, que en el momento de los tributos pasa casi desapercibida pese a que fue en definitiva la verdadera victoria de aquel día. Hablamos de la Covadonga, comandada por Carlos Condell, quien venció a la independencia, un enemigo mas poderoso y que permitió dar un paso importante en la consolidación de la supremacía marítima definitiva de Chile en el mar.

 

El bloqueo de Iquique

La idea primaria del gobierno era ir directo al Callao con toda la flota y de manera sorpresiva dar un gran golpe a la escuadra peruana que no esperaría una acción tan precipitada. El Almirante Juan Williams Rebolledo a cargo de la escuadra chilena, por el contrario, tenía reparos porque «no tenía los medios para ir a El Callao. No tenía ni carbón, ni el transporte, ni la seguridad para hacerlo. Además, no tenía hombres suficientemente entrenados». (Rafael Mellafe, La tercera, 20 Mayo 2020). Por el contrario propuso la idea de hostilizar las poblaciones peruanas de la costa de Tarapacá y el bloqueo de Iquique y obligar a la Armada peruana a salir a defender dichos enclaves.

El 5 de Abril, la Escuadra chilena comienza el Bloqueo al Puerto de Iquique, la idea entre otras cosas era detener la destilación de agua y el Ferrocarril, pero las tropas peruanas de Iquique pudieron defender la situación, sumado a que el bloqueo no fue suficientemente eficiente ya que el transporte Chalaco logró pasar la barrera y llevar implementos para reforzar Arica y Pisagua.

El gobierno ante tal situación se decidió por una actitud más ofensiva y se lo comunicó a Williams Rebolledo. Por otra parte, el Almirante obtuvo información de un barco mercante que apuntaba a que tanto el Huascar como la Independencia estaban en reparaciones en el Callao. Es así como se decidió realizar la expedición al Callao, quedarían a cargo del Bloqueo la Esmerada y la Covadonga (más el transporte Lamar), al mando de Prat y Condell respectivamente.

 

Los protagonistas

Prat y Condell eran cercanos, fueron compañeros en la Escuela Naval, pero ambos tenían personalidades disímiles, Prat por su parte era muy cirscunspecto, ordenado e intelectual, de una personalidad de bajo perfil, por el contrario, Condell era extrovertido, díscolo, mas parecido al estereotipo del Marinero. Un cronista de la época lo describe de la siguiente manera – «Condell es un mozo casquivano y turbulento….El típico marino de puertos alegres…Indisciplinado para empresas delicadas…». No se sabe a ciencia cierta porque quedaron ellos a cargo del bloqueo pero si se puede deducir que por un lado Williams Rebolledo no confiaba en Prat, que era mal mirado por ser Abogado y Condell presuntamente estaba pagando una sanción disciplinaria.

En cuanto a los navíos, las 2 corbetas Chilenas no tenían un poderío muy grande, la Corbeta Esmeralda era un barco viejo tenia problemas en sus calderas y la goleta Covadonga era un barco pequeño, también perdonado por el mar, y el transporte Lamar nada podía hacer en una batalla. Por el lado peruano, tanto el Huáscar con la Independencia eran Acorazados con baterías de artillería de grueso calibre.

 

El comienzo del combate

La Covadonga ese día tenía la misión de vigía de puerto, «Al alba , el horizonte estaba cubierto por una espesa neblina. Cuando los rayos del sol disolvieron ésta, a las 6 .00 hrs. 30 minutos, el vigía de la cofa de la «Covadonga» gritó: «¡ Humos al Norte!» (La Epopeya de Iquique y el Combate de Punta Gruesa, Rodrigo Fuenzalida). Avisado el comandante Condell, hizo avanzar su barco dos millas hacia el enemigo para estar seguro de que navíos se trataba, eran el Huáscar y la Independencia, los mas poderosos de la Armada enemiga. Con la certeza de la información se izó señal de «Vapores a la vista» y un cañonazo de ratificación.

La Esmeralda luego de la señal recibida de la Covadonga se comenzó a preparar para el combate, Prat entregó la correspondencia que poseía el barco para ser enviada al fondo del mar, reunió a la tripulación, dio su tan recordado discurso que fue respondido por un «¡Viva Chile!», la suerte estaba echada.

La Covadonga llegó pronto y se puso a 100 metros de la Esmeralda para recibir instrucciones ya que Arturo Prat era el que había quedado a cargo del bloqueo. «Prat le ordenó a Condell abrigarse con la población y mantenerse en poco fondo y ambos buques volvieron al puerto. después de su corta salida, tomando la Esmeralda su primera posición y colocándose Condell con la Covadonga en los bajos de la isla. Al «Lamar» se le ordenó salir del puerto y escapar al sur» (La Epopeya de Iquique y el Combate de Punta Gruesa, Rodrigo Fuenzalida).

Casi terminando las instrucciones por parte de Prat, se sintió la llegada del primer proyectil del Huáscar, los barcos se prestaron a colocarse en sus posiciones, a la Esmeralda en ese corto movimiento le fallaron las calderas y quedó con su andar reducido, al mismo tiempo, un disparo del Huáscar atravesó a la Covadonga abriendo el casco de lado a lado, el mar comenzó a colarse.

«Había pasado una hora de este desigual combate, en que a ambos buques se les hacía fuego desde el mar con artillería y desde tierra con fusilería, cuando Condell observó que el Huáscar se iba sobre la Esmeralda, dejando pasar por su proa a la Independencia que se dirigía a atacar a la Covadonga»(La Epopeya de Iquique y el Combate de Punta Gruesa, Rodrigo Fuenzalida).

En ese momento Condell decide ir hacia el sur alejándose de la Esmeralda pero manteniéndose en aguas poco profundas, la Esmeralda por sus condiciones no podía salir de la bahía. Se habla que Condell huyó, otros hablan de que empleó astucia, de lo que sí realmente estamos seguros es que mantenerse inmóvil hubiese sido su perdición dado el dispar poderío de ambas embarcaciones. La Independencia entonces fue a darle caza, desde este momento el combate se divide.

 

El combate dividido en dos

Mientras la Esmeralda sucumbía ante el Huáscar, la Covadonga había salido de la bahía de Iquique entre los fuegos de la Independencia que se le venía encima y las lanchas que habían sido enviadas desde tierra. Enfiló hacia el sur, pegándose bien a la costa, de esta manera su pesado adversario no podía embestirla con su espolón, por otra parte, los disparos de la independencia no eran certeros, Juan Guillermo Moore luego se excusaría que su tripulación era nueva y por tal razón los disparos efectuados eran inciertos.

La Independencia trató de dar con su espolón dos veces al barco de Condell pero no logró su objetivo debido al bajo fondo de la costa , el fuego de la Covadonga logró neutralizar a los artilleros de proa del acorazado, eso fue lo que provocó que Moore intentara un tercer espolonazo.

Cuando las naves se acercaban a Punta Gruesa, teniendo ambos navíos sus proas hacia los bajos, Condell dice en su parte «no trepidé en aventurarme pasando sobre ella, rozando las rocas». La Covadonga pasa sobre los arrecifes y rozó con su quilla las rocas, el casco rechinó pese a su bajo calado. «Acto continuo, Condell, comprendiendo claramente lo que tenía que acontecer, lanzó alegremente esta expresión: -¡ Aquí se fregaron !- y ordenó instantáneamente caer a estribor y virar hacia atrás» (La Epopeya de Iquique y el Combate de Punta Gruesa, Rodrigo Fuenzalida) acercándose a su enemigo. La independencia no comprendió la maniobra.

Parte de la operación de dar un espolonazo es que la tripulación se recueste en el piso pues con el golpe puede ser derribada, fue entonces que cuando sintieron un espantoso choque, se pusieron de pie gritando de alegría, pero de inmediato se dieron cuenta que se habían montado sobra las rocas y el barco se tendía de costado. Esta era la maniobra que no se había comprendido, Condell intuyendo que su adversario chocaría con las rocas y quedaría inmovilizado se puso a su popa donde no podía recibir fuegos y al pasar por el costado le disparó dos proyectiles, la independencia estaba fuera de combate.

Condell asegura que la independencia se rindió, por su parte Moore dice que no, que la bandera fue derribada de un tiro e hizo colocar otra, lo cierto es que Condell pese a que inicialmente deseó enviar un bote a buscar a Moore, decidió volver a ayudar a la Esmeralda, que a esa hora, pasada la una de la tarde yacía en el fondo del mar. La Covadonga viajó una milla hacia Iquique cuando divisó los humos del Huáscar. Conjeturando la suerte que había corrido su amigo y compañero, puso proa a toda máquina hacia el sur, sabiendo que su goleta no era tan rápida como su enemigo.

 

Las primeras noticias

En Tocopilla, Condell depositó los cuerpos de sus caídos en la iglesia del pueblo, después se dirigió a duras penas hacia Antofagasta donde el remolque Rímac lo condujo a puerto, pues estaba muy maltratado. Desde ese puerto el 24 de Mayo fue que los tripulantes del Lamar enviaron las primeras informaciones.

«La Mar arribada ayer tarde comunica – el 21 a las 8 A.M. Huáscar e Independencia atacaron en Iquique a la Esmeralda i Covadonga. – Según conjeturas fundadas Independencia varó en punta gruesa persiguiendo Covadonga que volvió i rompió fuegos sin respuestas. – Esmeralda entretanto combatía en el puerto con Huáscar cuyas punterías eran poco certeras. – El combate duraba después de tres horas i media que «La Mar» perdió vista. Ignorase paradero resto escuadra. – Preparo aviso ocurrido convoy llegó sin novedad…»

Por otra parte, Miguel Grau, el comandante del Huascar llegó al lugar en que varó la Independencia, vió que la tripulación era conducida a tierra y enfiló a la persecución de la Covadonga pero finalmente reflexionó y volvió atrás para reconocer la magnitud de lo ocurrido, subió a Moore y a la oficialidad, hizo incendiar la nave y volvió a perseguir a la Covadonga, pero ésta ya se había alejado demasiado, así que emprendió camino a Iquique.

 

Júbilo y duelo, el héroe opaca al vencedor

Condell fue considerado un héroe, se le realizaron recepciones en su honor y Te Deums. Se dijo de él en las páginas del Ferrocarril “Es esencialmente un hombre de acción, es un navegante, es un artillero, es un hijo del mar”. El Mercurio de Valparaiso, en su edición del 26 de Mayo de 1879 destacaba «Nosotros perdemos un buque de madera sin importancia ninguna para nuestras fuerzas marítimas, y ellos pierden a un poderoso blindado…». Pese a esto su figura se vio disminuida con el tiempo por la gesta de su amigo y camarada.

El gobierno y especialmente la prensa tuvieron mucha injerencia en destacar una figura sobre la otra. Esto tuvo consecuencias directas en levantar el poco entusiasmo popular que se tenia por el conflicto, la gente empezó a congregarse en los cuarteles para enrolarse, de tener 5.400 hombres en Mayo pasó a 18.000 en Noviembre.

El Mercurio publicó «Ha muerto con toda la gloria que era de esperar de sus antecedentes como marino chileno, pero no morirá por cierto en la memoria de este pueblo agradecido que hoy le llora y mañana la inmortalizará como se inmortaliza a los verdaderos héroes». Era el comienzo del mito.

La imagen de Prat se transformó en un símbolo, no sólo en el país, el Times de Londres hacia el siguiente comentario: «Este es uno de los combates más gloriosos que jamás haya tenido lugar. Un viejo buque de madera casi cayéndose a pedazos, sostuvo la acción durante tres horas y media contra una batería e tierra y un poderoso acorazado y concluyó con su bandera al tope» (La Epopeya de Iquique y el Combate de Punta Gruesa, Rodrigo Fuenzalida). Juicios similares se emitieron en diarios de diferentes países.

Como comenta el Historiador y profesor del Instituto de Historia de la Universidad Católica, Patricio Bernedo en un artículo para el diario la Tercera, «El ejemplo de Prat sirvió para movilizar a la nación contra un enemigo externo, provocando una identificación nacional que pasó a primar por sobre todas las otras lealtades».

Después de un período de semi olvido en la época parlamentaria, es a mediados del siglo XX que se masifica la figura de Prat, pues la Guerra del Pacífico pasó a ser un producto popular y mediático por el exitoso radioteatro y posterior libro Adiós al Séptimo de línea» de Jorge Inostroza, según comenta Bernedo a la Tercera, «Su primera edición vendió 250.000 ejemplares y al momento de la muerte de Inostroza, en 1975, se afirma que había llegado a más de cinco millones».

Finalmente Condell y su combate corrió una suerte muy distinta a la de Prat, quedando casi en el olvido popular. Su logro y el de la Covadonga aunque fue pieza importante terminó eclipsada por la entrega e inmolación de Prat.

Como dato curioso y al margen, y que quizás sirva a algún profesor de historia para comentarles a sus alumnos, mi madre me enseñó cuando niño que con respecto a las embarcaciones que se vieron involucradas en el combate de Iquique, las siglas de todas ellas sumadas forman el acrónimo C.H.I.L.E., Covadonga, Huáscar, Independencia, Lamar y Esmeralda.

 

Autor/Fuente
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